En esa línea, activistas evidenciaron públicamente estas problemáticas a partir de la colocación de varias mantas en diversas pasarelas de la Ciudad de Guatemala con mensajes como “Si no es legal, es clandestino” o “La maternidad será deseada o no será”, haciendo énfasis en los abortos que se practican diariamente en condiciones inseguras y de clandestinidad, debido a las restricciones legales existentes en ese país, donde el aborto se permite únicamente en casos donde se encuentra en peligro “la vida de la madre”, previa autorización de varios médicos.
Según el Guttmacher Institute, en Guatemala se practican 65 mil abortos clandestinos al año.
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