En América Latina y El Caribe, el aborto únicamente está permitido en Cuba, Uruguay, Puerto Rico y en la Ciudad de México. En Honduras, El Salvador, Nicaragua y República Dominicana se prohíbe en todas sus formas y en el resto de países se permite únicamente por tres causales: violación sexual, inviabilidad fetal y cuando se encuentra en riesgo la vida y la salud de la mujer.
Sin embargo, las prohibiciones nunca han impedido que las mujeres abortemos, estas empeoran nuestra situación generando riesgos por abortos clandestinos en condiciones inseguras, provocando graves complicaciones en nuestra salud y, en muchos casos, la muerte.
Según estudios realizados por el Guttmacher Institute, miles de mujeres en la región somos hospitalizadas cada año debido a complicaciones por abortos inducidos en condiciones de riesgo y de forma insegura, por lo que el aborto continúa siendo una de las principales causas de mortalidad materna en la región.
Sabemos que enfrentarnos a un embarazo no deseado o no planificado no es fácil para ninguna mujer, especialmente cuando convertirnos en madres no es uno de nuestros planes; no tenemos las condiciones económicas; no es algo que queramos para nuestra vida; o, peor aún, cuando hemos sido víctimas de violencia sexual.
No obstante, muchas niñas, adolescentes y mujeres jóvenes en América Latina y El Caribe somos obligadas a llevar a término embarazos que nunca deseamos, negándonos la posibilidad de decidir sobre nuestros cuerpos.
La respuesta por parte de los Estados ha sido de represión y de criminalización a las mujeres que ejercemos nuestro derecho al aborto, en lugar de garantizar nuestros derechos humanos. Muchas mujeres latinoamericanas se encuentran actualmente en prisión por abortar, incluso cuando se trata de abortos espontáneos o de partos extrahospitalarios, como el caso de Evelyn en El Salvador, quien no sabía que estaba embarazada y por tener un parto extrahospitalario fue acusada de cometer el delito de homicidio agravado, siendo condenada a 30 años de prisión.
Esta situación a la que nos enfrentamos actualmente las mujeres jóvenes no es un hecho aislado, históricamente nuestros cuerpos han sido objeto de control y regulación, manteniéndonos en una situación de exclusión y subordinación.
Por esa razón, las organizaciones, colectivas y redes juveniles feministas que conformamos la Red Latinoamericana y Caribeña de Jóvenes por los Derechos Sexuales (RedLAC) conmemoramos este 28 de septiembre “Día de Acción Global por un Aborto Legal, Seguro y Gratuito” para exigir a los Estados de la región que garanticen el derecho a decidir sobre nuestros cuerpos y vidas, garantizando el acceso a servicios de aborto legal, seguro y gratuito, el acceso a una educación integral en sexualidad (EIS) y a métodos anticonceptivos, incluida la anticoncepción de emergencia.
Nos mantenemos vigilantes y activas ante la inoperancia de los Estados de América Latina y El Caribe que siguen cobrando las vidas de miles de mujeres y hacemos un llamado a las organizaciones, colectivas y redes juveniles de la región a sumarnos a esta lucha, porque la despenalización legal implica también una despenalización social del aborto.
¡Aborto Legal para no morir; Aborto legal para decidir!
#AbortoLegal #UnGritoGlobal
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